La criolipólisis es un tratamiento estético para eliminar el exceso de grasa localizada en determinadas áreas del cuerpo, como las caderas y el abdomen, mediante la aplicación de frío controlado.
Es un tratamiento eficaz, indoloro y seguro que permite definir la figura reduciendo el volumen sin someterse a cirugía. Además, no requiere ni la ingesta de medicamentos ni periodo de recuperación.
Es un tratamiento apto para todo tipo de personas, tanto hombres como mujeres. Pero, aunque es completamente seguro, no deben someterse a este mujeres embarazadas ni personas con trastornos de circulación, enfermedad de Reynaud o diabetes. Tampoco está indicado para personas con obesidad, ya que no es un tratamiento para perder peso corporal, si no para reducir la grasa localizada en áreas específicas del cuerpo (no para perder grasa generalizada).
Tratamiento de criolipólisis: ¿cómo funciona?
La criolipólisis consiste en aplicar frío intenso (hasta -10º) de forma controlada en la zona del cuerpo a tratar mediante cabezales succionadores, con el fin de cristalizar las células adiposas de la grasa subcutánea localizada para su posterior eliminación por el sistema linfático (fenómeno conocido como apoptosis).
La grasa se elimina de forma progresiva y natural y tiene carácter permanente, ya no vuelve a aparecer.
¿Para qué sirve la criolipólisis?
La criolipólisis sirve para eliminar la grasa localizada en zonas de difícil eliminación, de tal forma que ayuda a reducir centímetros y a moldear el cuerpo.
Las áreas que más se suelen tratar mediante criolipólisis son: papada, brazos, abdomen, cartucheras, flancos, glúteos, muslos y rodillas.
¿Cada cuánto se hacen las sesiones de criolipólisis?
El número de sesiones a aplicar depende de la cantidad de grasa previa y debe valorarlo el especialista. Suelen recomendarse de 1 a 3 sesiones espaciadas cada 2 o 3 meses para dar suficiente tiempo al cuerpo para eliminar las células grasas destruidas. Para algunas personas con una única sesión en suficiente.
La probabilidad de éxito aumenta si además se realiza ejercicio físico, se acompaña de dieta equilibrada y se bebe abundante agua.
Las sesiones suelen durar alrededor de una hora, notándose los efectos con una pérdida de grasa de aproximadamente el 25 % a las 3 o 4 semanas tras la primera sesión y, en 3 meses, ya puede apreciarse el efecto completo del tratamiento.
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