¿Qué es el alzhéimer?
El alzhéimer es la causa más frecuente de demencia. Es una
enfermedad neurodegenerativa que se asocia a un deterioro cognitivo y trastornos en la conducta, como consecuencia de la pérdida progresiva de neuronas. Es una enfermedad que por ahora no tiene cura y genera mayor discapacidad en las personas mayores, pudiendo llegar a durar hasta 20 años desde que aparece el primer síntoma.
Esta enfermedad también se caracteriza por la pérdida de memoria, alteración del lenguaje, pérdida del sentido de la orientación y dificultades para realizar las actividades básicas de la vida diaria, por la imposibilidad de la planificación de tareas o de la resolución de problemas.
La enfermedad de Alzheimer fue descrita por primera vez en 1906 por el científico neurólogo y psiquiatra alemán llamado
Alois Alzheimer, quien estudió los cambios de comportamiento sufridos por una paciente de 50 años. Hasta los años 70, no se reconoce la enfermedad de Alzheimer como causa frecuente de demencia en personas mayores.
Este deterioro neurológico impide que el sistema nervioso pueda realizar sus funciones de manera normal y el primer síntoma suele ser la pérdida de memoria y la repetición de preguntas y comentarios de manera constante. También hay cambios en la personalidad y en el comportamiento. A medida que avanza la enfermedad se hace imprescindible la presencia de un cuidador de manera constante.
En España, hay más de 800.000 personas afectadas y se calcula que, en 2050, puede llegar a haber un millón y medio de afectados (según la
Sociedad Española de Neurología). Suele comenzar a partir de cumplir 60 años y tiene mayor incidencia en mujeres que hombres.
Prevención y tratamiento para el Alzheimer
Hablamos de prevención primaria cuando se realiza una intervención en las etapas previas. Cuando la persona aún no presenta síntomas puede ir frenando el progreso de neurodegeneración y retrasar la aparición de la fase de demencia. La prevención secundaria se realiza cuando la persona tiene cambios cerebrales detectables, pero todavía no ha manifestado los primeros síntomas y, por lo tanto, se trataría de modificar el proceso de la enfermedad.
Hay una serie de factores de riesgo modificables y que se pueden prevenir, estos influyen en el desarrollo de esta enfermedad, como son, principalmente:
- Antecedentes familiares
- Edad
- Colesterol
- Hipertensión arterial ligada a la diabetes, obesidad y al tabaco
- Sedentarismo
- Escasa estimulación cognitiva
- Malos hábitos del sueño
Por tanto, los hábitos de vida saludable, el ejercicio físico, las relaciones sociales, la dieta y la actividad cognitiva, juegan un papel fundamental en la salud de nuestro cerebro y reducen, en 1 de cada 3 casos, la probabilidad de prevenir el alzhéimer (según la
revista científica Lancet Neurology).
Es importante mantener dentro de unos niveles normales el azúcar (70-100 mg/dl), colesterol (menos de 200 mg/dl) y tensión arterial (120/80 mmhg la mayor parte del tiempo).
Hay que mantener una mente activa, realizar actividades, asumir nuevos retos y evitar limitarse a lo que ya sabemos hacer y, en ello, juegan un papel fundamental las relaciones y actividades sociales porque, al interaccionar con otras personas, adquirimos nuevos conocimientos, otras perspectivas y, lo más importante, evitamos el aislamiento y sus consecuencias sobre la salud mental.
La enfermedad de Alzheimer no tiene cura hoy en día, pero sí existen una serie de medicamentos que ralentizan de manera temporal el avance de los síntomas y, por tanto, mejoran la calidad de vida, tanto de la persona afectada como la de sus cuidadores.
En la actualidad, existen dos tipos de medicamentos:
- Inhibidores de la colinesterasa, que actúan aumentando los niveles de comunicación celular y mejoran los síntomas neuropsiquiátricos, como la depresión y la agitación.
- Memantina, que también actúa sobre la comunicación de las células cerebrales y retrasa el paso de la enfermedad de moderada a grave.
- Antidepresivos, que ayudan a controlar los síntomas de comportamiento.
Mejores ejercicios para prevenir el alzhéimer
Según los expertos, no ejercitar o entrenar el cerebro, puede provocar una aceleración en la aparición de enfermedades neurológicas como el alzhéimer. Es importante mantener un envejecimiento activo y saludable, y conservar y mantener un buen funcionamiento eficaz del cerebro. La necesidad de un entrenamiento mental varias veces a la semana es fundamental, por ejemplo:
- Realizar actividades que estimulen la memoria, aprendizaje, lenguaje, operaciones aritméticas, leer, relacionarse con otras personas y juegos intelectuales a través de talleres y programas de prevención.
- Realizar ejercicio físico, ya que repercute a nivel neuronal y ayuda a proteger el deterioro cognitivo, al promover la formación de neuronas nuevas en la zona llamada hipocampo (relacionada con los procesos relacionados con la memoria y con la producción y regulación de los estados emocionales). Caminar, hacer deporte moderado, mejorar la musculación y la movilidad articular y no abandonar las actividades diarias.
- Mantener un sueño reparador y de buena calidad, evita el riesgo de acumular placas de una proteína llamada beta-amiloide en el cerebro, que es el causante de los síntomas del Alzheimer.
- Mantener una dieta adecuada, sobre todo, con alimentos ricos en omega-3 y antioxidantes, fruta, verdura y no comer grasas saturadas y carne roja.
- Se evitará el consumo excesivo de alcohol, considerado enemigo del cerebro.
- La vida social y relaciones con otras personas, para que nuestra mente esté en constante ejercicio de aprendizaje de cosas nuevas y divertidas, como pueden ser el uso de las nuevas tecnologías, que hacen que nuestra mente esté despierta de manera entretenida.