La alergia primaveral se produce cuando el polen entra en contacto con el organismo durante el proceso de polinización. Durante este proceso, el polen es transportado de una flor a otra, bien por los insectos o por el aire, dando lugar a la alergia al polen que afecta a un 30% de la población, según la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC).
Un dato a tener en cuenta es que cuanto más intensas hayan sido las lluvias al final del otoño junto con temperaturas elevadas, superior será la polinización y, por lo tanto, mayores serán los síntomas que van a sufrir las personas alérgicas. Otro de los causantes de la alergia primaveral son los ácaros o polvo doméstico que se ven incrementados por un descenso de la humedad ambiental y un aumento de la temperatura.
¿Cuáles son los síntomas de la alergia?
Los síntomas más comunes que aparecen en la alergia primaveral son:
- Estornudos: originados por una irritación de la garganta o de las membranas mucosas de la nariz, como la que produce la rinitis alérgica que hace que la persona estornuda varias veces seguidas a lo largo del día.
- Rinitis: produce inflamación de la mucosa nasal que origina mucosidad, congestión, estornudos y picor nasal continuo. La mucosidad generalmente es transparente, líquida y continua.
- Conjuntivitis: es un síntoma típico de la alergia que produce lagrimeo, enrojecimiento, picor y escozor en la zona de los ojos.
- Crisis asmática: el contacto con pequeñas cantidades de alérgeno provoca una inflamación interna de los bronquios y, en consecuencia, un aumento de la secreción de moco.
¿Cuándo se debe acudir al alergólogo?
Cando los síntomas son persistentes o graves es importante acudir a la consulta del alergólogo, que son los médicos especialistas en el estudio, diagnóstico y tratamiento de los trastornos del sistema inmunológico y, en especial, de aquellos derivados de las alergias.
En ella, se realizará un estudio para detectar el alérgeno responsable de esta enfermedad a través de pruebas cutáneas, analíticas de sangre, orina o lágrimas y se harán diagnósticos moleculares que permitan recomendar el tratamiento más adecuado para cada caso.
Tratamientos para la alergia
Hoy en día se utilizan dos tipos de tratamientos para la alergia:
- Antihistamínicos: cuya función es bloquear la acción de una sustancia generada por el organismo en respuesta a los alérgenos que producen la alergia y que se llama histamina. No se trata de un tratamiento curativo, pero sí actúa sobre los síntomas para que estos puedan ser mejor tolerados.
- Inmunoterapia o las llamadas vacunas alergénicas: que producen una inmunización contra los pólenes que provocan la alergia a la persona, es decir, actúan cambiando la forma en que el organismo reacciona ante esas sustancias para que poco a poco dejen de producirse estos síntomas. Son tratamientos de larga duración y sus efectos se ven al cabo de meses de comenzar con ellos. Es el único tratamiento con posibilidad de curar la enfermedad.
Las personas alérgicas deben tener en cuenta, además del tratamiento, una serie de recomendaciones para que los síntomas sean menos intensos como, por ejemplo:
- Hacer enjuagues nasales: el suero salino permite hacer una buena limpieza del interior de las fosas nasales.
- Usar descongestivos nasales: ayudan a reducir los síntomas de congestión nasal y permiten respirar con mayor facilidad.
- Evitar salir de casa cuando los niveles de polen están en el máximo, es decir, entre las 5 y 10 horas de la mañana y entre las 19 y 22 horas de la tarde.
- No abrir las ventanas de casa en época de polinización.
- Proteger los ojos con gafas de sol.
- Usar mascarilla en caso de polinización masiva.
- Utilizar aire acondicionado y humidificadores con sistema antipolen.
- Cambiarse de ropa y ducharse al volver a casa por posible depósito de polen en ropa y pelo.
- No tender la ropa en el exterior en época de polinización.
- No dormir cerca de árboles y plantas.
Alergia primaveral en niños
Debido al cambio climático, los pólenes se liberan antes de la llegada de la primavera y, por eso, muchos niños empiezan antes con los síntomas de la alergia al polen. Según los alergólogos, cada vez son más los niños que sufren este tipo de alergia.
Los síntomas que desencadena son una reacción inflamatoria de las mucosas nasales, de la conjuntiva y de los bronquios, que les produce rinitis, conjuntivitis y asma respectivamente.
Entre las causas más probables de que aparezca a edades tempranas pueden ser:
- Cambio climático: hace que las temperaturas sean más elevadas y se prolongue más la época de polinización.
- Contaminación: sobre todo del gasoil, que permite a las partículas de polen permanecer más tiempo suspendidas y aglutinadas, lo que produce que empeoren los síntomas y favorece un aumento de la rinitis y/o el asma.