La halitosis es conocida como mal aliento y, en un porcentaje alto de los casos, su origen es bucal, siendo su detonante la mezcla de bacterias de la cavidad oral con los restos de comida que quedan en la boca. Las bacterias de la boca originan compuestos sulfúricos volátiles malolientes que se evaporan de manera rápida y son exhalados por la boca.
También existe un porcentaje de pacientes que sufren de halitosis por causas respiratorias o digestivas y otros cuyo origen es debido a estrés o ansiedad.
La persona que sufre de halitosis exhala por la boca un aliento desagradable pudiendo causar, en algunos casos, problemas laborales, trastornos psicológicos e, incluso, llegar a ser causa de aislamiento social, familiar y/o conyugal.
El mal aliento no es percibido por la persona que lo padece, pero sí por las personas que están cerca.
¿Qué causa la halitosis?
La halitosis se puede presentar de forma temporal y transitoria o de manera permanente y crónica.
Entre las causas posibles destacamos:
- Alimentos: los alimentos, al descomponerse, se quedan en los dientes y alrededor de ellos aumentando el número de bacterias y causando mal olor. Hay ciertos alimentos como cebolla, ajo, alcohol, coles de Bruselas y muchas especias que después de digerirlos ingresan en el torrente sanguíneo y son transportados a los pulmones donde son exhalados afectando al aliento.
- Tabaco: no solo por el mal olor del tabaco en sí, sino porque los fumadores son más propensos a tener las encías enfermas y causar mal olor.
- Mala higiene bucal: una falta de cepillado y limpieza interdental favorecen la formación de sarro o placa bacteriana que irrita las encías, produciendo infecciones que causan mal olor.
- Sequedad bucal: la saliva ayuda a eliminar partículas malolientes de la boca y, cuando hay sequedad de boca, aumenta el mal olor. Es lo que ocurre por las mañanas, nos levantamos con mal sabor de boca debido a la escasa salivación durante la noche.
- Toma de medicamentos: determinados fármacos contribuyen a la sequedad de boca. También puede suceder que al descomponerse queden libres sustancias malolientes que se transportan en el aliento.
- Infecciones bucales: causadas por caries, heridas quirúrgicas o llagas. En otras ocasiones su origen está en la garganta, como la amigdalitis o en infecciones de nariz, como sinusitis y pólipos nasales.
- Estrés: ante situaciones de tensión es habitual notar sequedad de boca que desemboque en mal aliento.
- Otras causas: como por ejemplo el reflujo gástrico, algunos tipos de cáncer o trastornos metabólicos. Y algún cuerpo extraño alojado en nariz o boca muy común en niños.
Síntomas de la halitosis
El síntoma principal de la halitosis es el mal olor. Pero, la presencia de algunos signos y señales puede ir asociada aunque no sea necesario la presencia de mal aliento. Destacamos:
- Boca seca
- Sangrado gingival
- Placa blanquecina en la lengua
- Gusto desagradable
- Obstrucción nasal
- Sensación de ardor de garganta
- Estreñimiento persistente
Tratamiento de la halitosis
No existe un tratamiento único para combatir la halitosis. Este va dirigido al origen del mal aliento. Una vez hecho el diagnóstico de la halitosis, se sabrá cuál es exactamente la enfermedad, infección u origen para planear la terapéutica adecuada.
Así, en la primera consulta con el médico, se realiza una historia clínica sobre los antecedentes médicos y factores que predisponen y desencadenan la halitosis. Después se deben realizar una serie de pruebas con el fin de identificar el origen como son la cromatografía gaseosa, que es el estudio computarizado del aliento, el estudio de la saliva y la función de las glándulas salivales y diferentes pruebas microbiológicas y enzimáticas a partir de muestras de la placa bacteriana y saliva.