Con el paso del tiempo aparece la flacidez, que es un problema estético no solo en el rostro sino también en el cuerpo. Esto consiste en la pérdida de la firmeza de la piel causada por la disminución de las fibras de elastina y colágeno, que son las responsables de la elasticidad y resistencia en los tejidos. Con los años, esta producción se reduce y, junto a otros factores como el fotoenvejecimiento, la pérdida de peso acelerado, el tabaco, la predisposición genética o una vida sedentaria, hacen que el rostro sufra las consecuencias.
Los hilos tensores son unos hilos finos que se utilizan en cirugía estética para rejuvenecer el rostro. Son utilizados tanto para eliminar las arrugas y la flacidez facial como para levantar las cejas o redefinir el óvalo de la cara y el contorno de mandíbula.
Los hilos tensores son filamentos del grosor de un cabello y están fabricados con materiales biocompatibles, siendo el más habitual la polidioxanona, por lo que es seguro, reabsorbible, antialérgico y permite realizar retoques tras su aplicación.
Los hilos tensores consiguen un efecto lifting inmediato sin necesidad de pasar por el quirófano. Existen diferentes tipos de hilos dependiendo de la forma, el material o la duración o de los resultados que se obtienen con ellos.
Los diferentes hilos tensores que hay en la actualidad son:
- Monofilamento: son los indicados para atenuar arrugas finas, reafirmar la piel y estimular la producción de colágeno. El resultado final se aprecia a las tres semanas del tratamiento, llegando a durar hasta 1 año su efecto. Son hilos finos compuestos de polidioxanona, que favorecen la producción de fibroblastos alrededor del hilo y potencia la creación de colágeno. Generalmente, se usa para tratar la flacidez de la papada, pechos, brazos, abdomen y glúteos, así como para perfilar el óvalo de la mandíbula.
- Multifilamento o hilos tornados: son más gruesos que los anteriores por estar formados por varios hilos unidos. Con ello se consigue un mayor volumen en la zona tratada y un efecto de relleno natural. Se suele emplear para corregir arrugas en los labios.
- Hilos espiculados o dentados: tienen mayor agarre a la dermis y consisten en hilos con espículas bidireccionales que aumentan la tracción de la piel produciendo mayor tensión en la piel y generando más colágeno. El efecto es un rostro más firme y rejuvenecido. Su efecto puede durar hasta 20 meses. Están indicados para tratar la flacidez de las mejillas, mandíbula o cuello.
- Hilos de ácido poliláctico: son los más novedosos. También cuentan con espículas bidireccionales que proporcionan mayor estiramiento de la piel y generan más colágeno. La recuperación del volumen es inmediato y la duración puede llegar a los 2 años, con un resultado más natural y gradual.
El tratamiento con hilos tensores consiste en la colocación de estos hilos dentro de la piel mediante una aguja muy fina y formando una especie de malla con algunos hilos en una dirección y otros cuadros en sentido contrario. No precisan anclaje, por lo que su colocación es rápida. Estos hilos son conocidos como hilos mágicos por su efecto tensor y estimulador de colágeno.
Los hilos espiculados van montados dentro de una cánula o aguja sin punta y una vez colocados es retirada, siendo necesario masajear la zona para que las espículas o dientes se enganchen a la piel. Una vez se han enganchado, se tira del hilo hasta reposicionar los tejidos cortando el sobrante.
¿En qué zonas se aplican los hilos tensores?
Los hilos tensores pueden ser colocados tanto en el rostro como en el cuerpo y, dependiendo de su uso, tienen una longitud determinada.
- Elevar mejillas
- Corregir patas de gallo y surcos nasogenianos
- Estrechar el mentón
- Perfilar la mandíbula
- Reestructurar el pómulo
- Corregir la nariz
- Elevar las cejas
- Disimular la papada y el doble mentón
- Mejorar el aspecto del cuello
- Dar luminosidad a la piel
- Rejuvenecer las manos y pies
- Tratar la flacidez de los brazos, piernas o glúteos
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