La trombosis es un trastorno que implica la formación de trombos o coágulos en el sistema circulatorio. Pueden ser trombos arteriales o trombos venosos. La trombosis puede aparecer de manera súbita, en pocas horas e, incluso, días y generalmente afecta a la pierna o brazo manifestándose con dolor en la pierna o brazo afectado, hinchazón del miembro afectado y un aumento de la temperatura en lo que se denomina tromboflebitis.
Se denomina trombosis venosa cuando la formación del coágulo de sangre se produce en el interior de una vena. Esto hace que la sangre se acumule y no pueda retornar hacia el corazón quedando estancada, lo que da lugar a dolor e inflamación. Cuando el coágulo se desprende de la pared de la vena circula por el torrente sanguíneo hasta llegar a venas de menor calibre, como las pulmonares, provocando una embolia pulmonar, un derrame o un infarto.
¿Qué factores de riesgo tiene?
Existen una serie de factores de riesgo que favorecen la trombosis venosa profunda como son:
- Edad: a partir de los 60 años aumenta el riesgo de sufrir una trombosis.
- Periodos largos de poca movilización: como estar sentado, conducir, largas horas de vuelo, parálisis u hospitalizaciones largas. Cuando las piernas permanecen quietas los músculos de las pantorrillas no se contraen afectando a la circulación de la sangre y favoreciendo la formación de coágulos sanguíneos.
- Después de una operación quirúrgica o de un traumatismo: cuando una vena sufre una lesión puede presentar coágulos.
- Embarazo: por el aumento de presión en las venas de la pelvis y de las piernas. El riesgo de trombosis puede durar semanas después del parto.
- Tratamientos anticonceptivos orales u hormonales que aumentan la coagulación de la sangre.
- Sobrepeso: por el aumento de presión en piernas y pelvis.
- Fumar: afecta a la coagulación y circulación de la sangre.
- Padecer insuficiencia cardiaca: las personas afectadas tienen una función cardiaca y pulmonar muy debilitada, lo que favorece la formación de trombos.
- Enfermedad intestinal inflamatoria (EII) como la colitis ulcerosa o enfermedad de Crohn.
- Determinados tipos de cáncer producen una serie de sustancias que provocan que la sangre se coagule.
- Factores genéticos como el factor V Leiden hace que la sangre se coagule con más facilidad.
- Antecedentes familiares o personales de trombosis o embolia pulmonar son factores de riesgo conocidos.
¿Cómo tratar la trombosis?
Ante situaciones clínicas con riesgo de trombosis, como las intervenciones quirúrgicas o encamamiento de larga duración, se deben tomar una serie de medidas:
- Generales: procurar una movilización temprana después de una operación o lesión. También se debe asegurar un buen aporte hídrico y la realización de ejercicios para mantener activa la musculatura de las piernas y así favorecer una buena circulación sanguínea y retorno venoso.
- Farmacológicas: a través de la administración de anticoagulantes por vía oral o heparina por vía subcutánea.
¿Cómo se puede prevenir la trombosis?
Es fundamental que el flujo sanguíneo sea el adecuado, para facilitar el retorno venoso al corazón y con ello evitar la formación de coágulos y aparición de trombosis. Es importante:
- Realizar ejercicio de manera regular.
- Cuidar y vigilar la aparición de piernas hinchadas. Para ello, es muy efectivo colocarse cómodamente con las piernas elevadas. Esto facilita el retorno venoso.
- Mantener un peso adecuado.
- Evitar el tabaquismo.
- Evitar estar sentado mucho tiempo sin mover las piernas y pies dando paseos cortos de manera repetida. En caso de estar de viaje en avión o conduciendo, procurar caminar siempre que se pueda o realizar una serie de ejercicios que favorezca la contracción muscular de las piernas.