La cervicalgia o dolor de cuello es aquel que afecta a la nuca y a las vértebras cervicales, pudiendo extenderse al cuello, cabeza y extremidades superiores. El dolor puede implicar limitación de movimientos y, en algunos casos, disfunción neurológica.
La región cervical es la parte de la columna vertebral más flexible y la que más movilidad tiene, por eso, tanto sus partes blandas (músculos, ligamentos, nervios y discos) como sus vértebras y articulaciones, son susceptibles de cualquier traumatismo, contractura o deterioro progresivo y ser el causante del dolor. Otra de las causas de cervicalgia son las malas posturas que adoptamos cuando estamos trabajando o estudiando, principalmente con el ordenador. También el estrés puede provocar una presión involuntaria en los músculos del cuello que hace que se bloqueen las vértebras cervicales y que, además del dolor, pueden causar mareos y vértigos.
Qué tratamientos existen para la cervicalgia
El tratamiento para la cervicalgia para aliviar los síntomas puede ser, en un primer momento, con fármacos como los antiinflamatorios, relajantes y analgésicos, siempre con prescripción y supervisión médica. También podemos darnos duchas de agua caliente a presión en la zona del cuello y hombros seguido de movimientos de flexoextensión y lateralización durante unos minutos todos los días.
Aplicación de calor seco con mantas eléctricas cuando aparece el dolor y, sobre todo, una higiene postural mediante el uso de sillas con respaldo vertical, corregir la postura mientras se levantan objetos pesados evitando cargar toda la fuerza sobre los hombros y cuello o, modificar la posición al dormir donde la cabeza y el cuello, deben estar alineados con el cuerpo colocando una almohada pequeña bajo el cuello.
El tratamiento fisioterapéutico es una buena ayuda en el control y tratamiento de las molestias cervicales. Debe ser realizado por especialistas en fisioterapia que, a través del masaje y el uso de otras terapias locales que proporcionan calor o colocación de tracciones cervicales, favorece la relajación de los músculos y mejora la movilidad cervical.
Cómo tratar la cervicalgia crónica
La cervicalgia crónica o dolor cervical crónico se caracteriza por ser constante en el tiempo y puede surgir en cualquier momento a lo largo del día y en cualquier situación. Como, por ejemplo, al estar estudiando, trabajando delante de un ordenador, leyendo o al permanecer en una postura forzada, entre otros.
El dolor se localiza en la zona de la nuca y puede irradiarse a la región dorsal entre las escápulas, al músculo trapecio o a los hombros.
El tratamiento indicado va dirigido a paliar los síntomas de dolor con fármacos, aplicación de calor o con la punción seca que consiste en introducir agujas, como las de acupuntura, en el músculo contracturado o la fascia debajo de la piel, con el objetivo de desactivar los puntos causantes del dolor.
No hay que olvidar realizar ejercicios que impliquen la elongación del cuello en todas las direcciones.
Síntomas de la artrosis cervical
Los síntomas de la artrosis cervical aparecen cuando hay degeneración e inflamación local de la zona y pueden ser:
- Dolor de cuello que empeora con el movimiento
- Dolor de cabeza tipo tensional
- Dificultad para girar el cuello hacia un lado o hacia arriba o abajo
- Sensación de tener tierra dentro de la columna cuando se mueve el cuello
- Sensación de entumecimiento o de hormigueo en el cuello, hombros o brazos
- Dolor que puede irradiarse a hombros, brazos y manos