La piel nos protege y la protección solar es vital para garantizar una buena salud de nuestra piel.
El sol es una fuente de energía vital para nosotros, pero, exponernos al sol de forma continua y sin tomar las precauciones adecuadas, puede tener efectos perjudiciales y resultar un peligro a largo plazo.
La radiación ultravioleta penetra en las capas más profundas de la piel y puede contribuir al envejecimiento prematuro, a la aparición de arrugas y manchas, además de desencadenar reacciones alérgicas y ciertos tipos de cáncer de piel.
Los rayos ultravioleta son los responsables de las quemaduras solares, pudiendo dañar el ADN de las células, aumentando el riesgo de desarrollar cáncer a largo plazo.
Aunque el sol es fundamental para la salud, debemos ser conscientes de los efectos sobre la piel y, tomar las precauciones adecuadas, nos ayuda a disfrutar del sol de manera segura y a minimizar el riesgo de daño cutáneo.
Entreno al aire libre: ¡evita quemaduras del sol!
En verano, debemos adaptar nuestra actividad deportiva y tener en cuenta algunas medidas para entrenar bajo el sol y protegerse de sus efectos.
Uno de los principales pasos a tener en cuenta es aplicar crema solar, mínimo media hora antes de salir a la calle a practicar deporte, para que el cuerpo la asimile y pueda realizar su efecto protector.
En caso de practicar deportes acuáticos se debe utilizar crema resistente al agua, ya que esta hace de lupa y los efectos del sol se magnifican, apareciendo las quemaduras mucho antes.
No hay que bajar la guardia y, aunque el cielo esté nublado, no hay que pensar que el sol no nos va a afectar, el 85 % de los rayos solares siguen actuando.
Tanto durante como después de hacer deporte debemos estar bien hidratados, ingiriendo líquidos tanto antes como durante y después de la actividad física, porque ayudará a mitigar los efectos del sol sobre la piel.
También hay que evitar las horas de máxima intensidad solar (de 12 a 16 h), usar gafas con cristales homologados y gorras o sombreros. Y, limitar la exposición al sol a 2 o 3 horas y siempre con protección.
¿Cómo curar las quemaduras del sol?
La piel afectada produce dolor, inflamación, se vuelve roja y áspera, caliente al tacto y produce picor. Pueden formarse ampollas y es posible presentar dolor de cabeza, fiebre e incluso náuseas.
Entre las medidas a tomar:
- Tomar algún medicamento antiinflamatorio o aplicar un analgésico en gel sobre la piel.
- Refrescar la piel con agua fría del grifo o tomar una ducha o baño frío varias veces al día.
- Aplicar crema hidratante, loción o gel, preferiblemente con efecto calmante.
- Beber más agua ese día para evitar la deshidratación.
- No tocar las ampollas, ya que, sin romper, ayudan a cicatrizar antes. Solo se debe limpiar suavemente con agua y jabón.
- Protegerse de la exposición al sol para curar las quemaduras es vital.
- Tratar las quemaduras del sol de los ojos con una toalla limpia humedecida en agua fría del grifo. No frotarse los ojos y no usar lentes de contacto.
Cara quemada por el sol: mejores remedios naturales
No hay mejor tratamiento para la cara quemada por el sol que una buena prevención. Por lo que lo ideal es proteger la piel con crema solar si vamos a exponernos a una intensa radiación solar.
Tener la cara quemada por el sol es un problema muy habitual en cuanto empieza a hacer un poco más de sol y aumenta el riesgo de sufrir daños en la piel y padecer ciertas enfermedades como piel seca y arrugada, manchas oscuras y ásperas o cáncer de piel.
Para tratar la cara quemada se pueden utilizar remedios naturales que ofrecen efecto calmante paliativo y que ayudan a aliviar la hinchazón, el ardor y enrojecimiento:
- Sandía: la cáscara de la sandía, con un poco de pulpa, tiene un efecto hidratante y alivia el dolor de la quemadura. Se coloca en la zona quemada durante unos 15 minutos y después lavamos la cara suavemente.
- Melón: la pulpa del melón aumenta las enzimas endógenas y reduce las células de quemaduras solares y el nivel de melanina de la piel. Se coloca una gasa impregnada en pulpa de melón durante 10 minutos y luego se lava la cara suavemente.
- Gel natural de aloe vera: por contener agua y nutrientes esenciales que estimulan la reparación celular de la piel.
- Infusión de manzanilla: por sus propiedades antiinflamatorias y analgésicas. Se aplica un paño mojado en manzanilla sobre la cara unos minutos y luego se lave suavemente.
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