Buda dijo: “la atención plena es necesaria para la purificación de los seres, para la superación de la tristeza y la lamentación, para la extinción del sufrimiento y la aflicción, para caminar en el camino de la verdad y para alcanzar el Nirvana.”
La
meditación es una práctica por la cual entrenamos la mente para conseguir una mayor libertad
emocional y mental.
La meditación nos lleva a un estado esencial donde se produce un silencio de manera consciente en nuestro interior, permitiendo activar y aumentar nuestros sentidos para que podamos ver con más claridad y nitidez lo que ocurre a nuestro alrededor y dentro de nosotros mismos.
Al meditar, se calma la tensión aportándonos tranquilidad y sosiego, amplía nuestras expectativas y vemos la realidad con otra mirada, dejándonos observar más de lo que anteriormente percibíamos. Nos ayuda a cobrar conciencia y a conectarnos con el interior, mejorando el entendimiento de la vida para poder evolucionar favorablemente en todos los aspectos.
En la actualidad, estamos más pendiente del mundo exterior y esto nos impide percibir las señales de la vida que son las responsables de ayudarnos a progresar. La meditación se basa en cuatro fundamentos:
- Atención al cuerpo (respiración y postura)
- Atención a las sensaciones y sentimientos agradables, desagradables y neutros
- Atención a la mente y conciencia (pensamientos, emociones, deseo y aversión)
- Atención a los objetos de la mente o conciencia
Durante la meditación, se produce una situación única en la que se activan de manera simultánea las ondas cerebrales que definen la actividad energética de nuestro cerebro. Estas ondas son:
- Alfa, predomina en el estado de relajación
- Beta, en el estado de vigilia
- Delta, se relaciona con el sueño profundo
- Theta, durante las primeras etapas del sueño
¿Para qué sirve la meditación?
La meditación ayuda a construir energía interna y a desarrollar cualidades positivas como el amor, la compasión o el perdón y se erradica la codicia, el odio o el rencor. Se puede percibir un cambio y llegar a ser una persona llena de sabiduría, felicidad, salud y bienestar. Con la meditación conseguimos:
- Aumentar la atención: incrementa nuestra capacidad de concentración durante más tiempo, así como de las capacidades cognitivas.
- Fortalece el sistema inmunológico: se observa una elevación de leucocitos y linfocitos que luchan contra las bacterias y virus.
- Mayor control del dolor: por tener menos activa el área cerebral del dolor.
- Mayor relajación: debido a la disminución de la zona neuronal que gestiona el miedo, la ansiedad y el estrés que se observa en las personas que practican meditación.
- Protege al corazón: se reduce casi a la mitad la posibilidad de sufrir un ataque al corazón en las personas con patologías coronarias que practican meditación. También reduce la hipertensión y los niveles de colesterol.
- Retrasa el envejecimiento: debido a una mayor actividad de una enzima llamada telomerasa que es la encargada de retrasar el envejecimiento celular.
- Aumento cerebral: se produce un incremento de la materia gris del cerebro en aquellas zonas que regulan las emociones y el autocontrol. Aumenta el grosor cortical en las áreas relacionadas con la atención. También se refuerza la región que regula el dolor.
- Mejora el autocontrol: se gestionan mejor las emociones negativas y se controla el equilibrio para mantener la calma en situaciones de estrés.
- Mejora la vida social: reduce la sensación de soledad y angustia debido a que se fomenta la actividad de las llamadas neuronas espejo, se aumenta la capacidad de empatía y se crean vínculos sociales.
- Aumenta la creatividad: se despeja la mente dejándola con mayor claridad y capacidad de concentración. En algunos casos se han descrito experiencias reveladoras e inspirativas.
¿A quién ayuda la meditación?
La meditación se asocia a tradiciones espirituales como el budismo, pero, hoy en día, es una técnica impartida en el mundo occidental en la que cualquier persona, independientemente de las creencias, estado de salud o condición física, puede practicar. Ello no implica un control de la mente, es un entrenamiento para poder llegar a ser más consciente de las experiencias con un actitud más calmada, amable y con mayor interés. Y se puede practicar en cualquier sitio.
Tipos de meditación
Los diferentes tipos de meditación pueden ser:
- Budista o meditación completa de la mente: se aprende a mantener la mente en el presente y en el ahora, en la acción que se está realizando en ese momento de manera que tengamos una atención plena y sin distracciones. Por ejemplo, si estamos realizando una actividad de planchar, nos debemos centrar en el planchado y no en pensamientos pasados o futuros sin distraernos en más cosas.
- Vipassana: de origen indio, se basa en la observación de la mente y en ver las cosas tal y como son.
- Zazen: se basa en la experiencia del vacío. Hay que contar las respiraciones sin perderse y, si se falla, se empieza de nuevo para poder experimentar “la nada”.
- Mantra: se basa en cánticos sagrados para poder meditar. Se estimula la glándula pituitaria y pineal con las vibraciones de los cánticos.
- Trascendental: se debe repetir un mantra sagrado 2 veces al día durante 20 minutos. Fue famosa en los años 60 y 70 debido a que los Beatles lo practicaban.
- Chakra: se visualizan los 7 chakras a modo de espiral por todo el cuerpo y es ahí donde se guiará la energía.
- Kabbalah: de religión judía y con la creencia de acercamiento a Dios. Se inhala produciendo el sonido “sh” y se exhala con el sonido “mm” dos veces. Con ello se aplaca la mente.
- Sufí: de origen religioso, usan la energía del amor para ir más allá de la mente y acercarse a la divinidad.
- Dzogchen: es de origen tibetano y se medita de manera natural, sin respiración ni mantras, solo sentarse, respirar y ser. Es la meditación que practica el Dalai Lama.