La enfermedad de Lyme es una infección causada por la bacteria Borrelia burgdorferi, que se transmite a través de la picadura de la garrapata de patas negras, llamada garrapata del ciervo o del venado. Las garrapatas más inmaduras, denominadas ninfas, con un tamaño como la cabeza de un alfiler, son las que adquieren esta bacteria cuando se alimentan de pequeños roedores como ratones infectados por la bacteria Borrelia burgdorferi. Hay más probabilidad de contraer la enfermedad de Lyme si se habita o se pasa más tiempo en zonas densamente boscosas o cubiertas de hierbas, donde se desarrollan este tipo de garrapatas transmisoras de la enfermedad. Por lo tanto, no todas las garrapatas transmiten la enfermedad de Lyme. En general, se encuentran en el Noroeste, Atlántico medio, Alto medio oeste y costa del Pacífico, sobre todo, en el norte de California.
Las garrapatas suelen adherirse a cualquier parte del cuerpo, en especial, en áreas difíciles de ver como axilas, ingles o cuero cabelludo y debe permanecer en esta durante 36 a 48 horas para transmitir la bacteria.
El tratamiento se basa en la administración de antibióticos como la doxiciclina o la ceftriaxona.
Síntomas de la enfermedad de Lyme
La enfermedad de Lyme se manifiesta en diferentes etapas que a veces resulta difícil de diagnosticar.
- Lyme precoz: se manifiesta por una erupción o mancha en forma de diana en la piel.
- Lyme tardío: aparece semanas después de la picadura y cursa con síntomas parecidos a una gripe, tales como dolor de cabeza, escalofríos, dolor muscular y fiebre.
- Lyme crónico: aparece meses e incluso años después de la picadura y puede presentar síntomas como los siguientes:
- Síntomas del aparato locomotor: aparece inflamación y dolor en las articulaciones, entumecimiento progresivo de los músculos o fatiga intensa.
- Síntomas neurológicos: inflamación de las meninges, parálisis facial, falta de concentración o problemas para dormir.
- Otros síntomas: problemas cardiacos, inflamación del hígado o más susceptibilidades para otras infecciones.
El diagnóstico en la primera fase de la enfermedad se basa en la clínica pero, en las etapas más avanzadas, se realiza con pruebas serológicas, especialmente, cuando aparecen complicaciones cardiacas, neurológicas y reumáticas.
Consecuencias de la enfermedad de Lyme
Cuando la enfermedad de Lyme no se trata, puede producir una amplia variedad de síntomas. En las fases iniciales, aparece un bulto pequeño o enrojecimiento en la zona que va aumentando de tamaño con el paso de los días, pero que rara vez causa dolor o malestar, escalofríos, dolores musculares o inflamación de ganglios.
Según avanza el tiempo, puede aparecer cefalea intensa y rigidez de cuello, eritema migratorio por todo el cuerpo, inflamación de las articulaciones, pérdida de tono muscular y parálisis facial, alteración en el ritmo cardíaco y dolor en articulaciones, músculos, tendones y huesos. También surge dificultad para respirar y episodios de mareos, inflamación del cerebro y médula espinal, adormecimiento y hormigueo en manos y pies y problemas de memoria a corto plazo.
¿Cuánto tiempo dura la enfermedad de Lyme?
El principal problema de esta enfermedad es que, en la mayoría de los casos, la persona no es consciente de haber tenido una picadura de garrapata, por lo que los síntomas no se asocian a ella. Es importante que al detectar cualquier bulto o enrojecimiento de la piel comunicárselo al médico para poder descartar la enfermedad de Lyme y evitar que la infección se extienda por el organismo, en especial si se ha estado días previos en el campo.
Un diagnóstico temprano permite iniciar tratamiento con antibióticos específicos, lo que asegura una cura completa pero, si el diagnóstico se retrasa, esa posibilidad disminuye.
En algunos casos, la enfermedad de Lyme puede convertirse en enfermedad crónica, aunque algunos pacientes notan mucha mejoría e incluso la desaparición de los síntomas después de meses e incluso años de tratamiento.