La blefaritis es un trastorno crónico difícil de tratar que consiste en la inflamación de los párpados. Los párpados pueden enrojecerse, inflamarse, producir dolor o ardor. A menudo, aparecen cuando se obstruyen las pequeñas glándulas sebáceas cerca del nacimiento de las pestañas. También pueden aparecer escamas o partículas grasosas tipo costra en la base de las pestañas. Su aparición es común en personas con piel grasa, caspa o rosácea y suelen ser incómodas y antiestéticas. No dañan la visión ni son contagiosas.
Existen varios tipos de blefaritis:
- Anterior: afecta la parte exterior del párpado, donde se ubican las pestañas. Se producen por un exceso de grasa o por la proliferación de bacterias.
- Posterior: afecta a la parte interior que está en contacto con el ojo y se produce como consecuencia de una disfunción de las glándulas de Meibomio que son las productoras del componente lipídico de las lágrimas.
- Mixta: aparecen los dos anteriores a la vez.
- Rosácea: relacionada con la rosácea ocular en la que las glándulas sebáceas no funciona correctamente.
¿Cuáles son sus síntomas habituales?
Los síntomas de la blefaritis son inespecíficos y pueden ser:
- Enrojecimiento del borde palpebral
- Dilatación de los vasos al borde del párpado
- Inflamación de los párpados
- Lagrimeo en exposiciones a climas fríos, ventosos, aire acondicionado o ambiente contaminado
- Enrojecimiento de ojos y sensación de ardor después del uso prolongado del ordenador o tras varias horas de lectura
- Sensación de cuerpo extraño, picazón y engrosamiento de los párpados por la mañana al despertar
- Orzuelo recurrente
- Pérdida difusa de pestañas o crecimiento anormal
- Visión fluctuante o deslumbramiento
- Disminución de la agudeza visual, fotofobia y dolor en los casos más extremos
La blefaritis generalmente dura pocas semanas pero, en ocasiones, se puede convertir en crónica, en cuyo caso los síntomas deben mantenerse bajo control pero no se eliminan del todo. Es muy importante mantener una buena higiene para prevenir su aparición.
¿Qué factores intervienen en la blefaritis?
Los párpados contienen bacterias pero, cuando éstas se reproducen de manera constante, la base de las pestañas se llena de escamas acumulándose en la zona e inflamando al párpado, siendo esta la causa más común.
Otras causas pueden ser:
- Mal funcionamiento de las glándulas sebáceas
- Exceso de caspa en cuero cabelludo y cejas
- Enfermedad rosácea
- Anidación de pequeños organismos como una especie de ácaros llamado Demodex en los folículos de las pestañas
- Reacciones alérgicas a cosméticos o medicamentos
- Sequedad ocular excesiva
¿Cómo prevenir la blefaritis?
Hay muchos pasos que se pueden hacer a lo largo del día para prevenir la blefaritis. El cumplimiento de unas normas higiénico-conductuales ayudan a reducir el riesgo de infección como, por ejemplo:
- Mantener las manos y la cara limpias, especialmente antes de tocarse los ojos
- Evitar frotarse los ojos con los dedos, pañuelos o trapos sucios
- Quitarnos el maquillaje antes de ir a dormir
- Evitar compartir objetos como toallas, sábanas o productos personales con alguien que es susceptible de blefaritis
- Para limpiar los párpados, podemos humedecer paños enrollados con agua caliente y colocarlos sobre los párpados cerrados durante 10 minutos para transmitir calor a las capas más profundas
- Frotar ligeramente con toallitas o bastoncillos húmedos los párpados para eliminar la biopelícula
- Llevar una dieta adecuada limitando las grasas y azúcares