Los lunares o nevus son crecimientos cutáneos por acumulación de grandes cantidades de células melánicas en la superficie de la piel. La melanina es la que produce el pigmento de la piel. Este proceso de acumulación puede empezar ya desde el vientre materno y de ahí la presencia de lunares en los recién nacidos, conocidos como lunares congénitos.
Aunque la mayoría son redondos u ovalados, pueden tener diferentes formas, texturas y colores que van desde marrones, rojos, negros, azules, rosados o color canela.
Pueden aparecer en cualquier parte de la piel del cuerpo y se considera normal tener entre 10 y 40 lunares antes de los 50 años.
Lo usual es que los lunares sean inocuos, pero siempre hay que vigilarlos por si cambian de forma, tamaño y color y convertirse en un posible melanoma.
Tipos de lunares atípicos
Se llaman lunares atípicos o nevus displásicos y son lunares benignos, sin embargo, se ven como un tipo de cáncer debido a tener un mayor riesgo de desarrollar el cáncer de piel llamado melanoma. Generalmente miden más de 6 mm de ancho. Tienen formas irregulares y bordes sin definir. Pueden tener 2 o más colores.
Pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo y es importante conocer la piel y llevar un registro de los lunares para así poder detectar cualquier cambio que puedan sufrir alguno de ellos y comunicarlo al dermatólogo para poder hacer un diagnóstico a tiempo.
¿Qué es la guía ABCDE?
El cáncer de piel es el tipo de tumor más frecuente en España y el que más crece cada año.
La predisposición genética, tener un elevado número de lunares y los antecedentes familiares son un factor importante para desarrollar un cáncer de piel. Sin embargo, la exposición al sol sin protección es uno de los principales causantes del cáncer de piel, tanto melanoma como no melanoma.
La guía ABCDE puede ayudar a determinar si un lunar o mancha puede ser un melanoma u otro tipo de cáncer de piel.
- A: representa la asimetría. Una parte del lunar es diferente a la otra.
- B: representa el borde. Lunares con bordes irregulares, cortes u ondas.
- C: representa el color. Lunares que hayan cambiado de color o colores irregulares.
- D: representa el diámetro. Se debe vigilar el crecimiento de los lunares de más de 6 mm.
- E: representa la evolución. Lunares que cambian de forma, color, tamaño o altura y, en especial, si su tonalidad se vuelve negra. También se produce picazón o sangrado.
Cómo podemos proteger nuestra piel
No se puede prevenir la aparición de lunares pero si podemos proteger nuestra piel para limitar la aparición de complicaciones como el melanoma.
- Prestar atención a los cambios: familiarizarnos con la ubicación de los lunares. Examinar de manera regular la piel incluyendo cuero cabelludo, palmas de las manos, uñas de las manos y pies, axilas, pecho, pies, piernas, los espacios interdigitales, área genital y glúteos, para poder detectar cualquier cambio que se produzca en algún lunar, sobre todo, si hay antecedentes personales o familiares de melanoma.
- Proteger la piel: tomar medidas contra la radiación ultravioleta (UV) con cremas solares con protección de, al menos, un 30.
- Usar gafas de sol homologadas para rayos UV, gorras, sombreros, ropa de manga larga y adecuada a la temporada con protección que evite los rayos UV.
- Evitar la exposición al sol durante las horas en las que el sol está más fuerte, incluidas las actividades al aire libre.
- Evitar las lámparas de bronceado y camas solares debido a la emisión de UV.