La obesidad es una enfermedad compleja que se caracteriza por tener una excesiva cantidad de masa corporal. En la gran mayoría de los casos se debe a un aumento de ingesta calórica asociada, generalmente, a una actividad sedentaria. Aunque también influyen factores ambientales y una predisposición genética. Se trata de una enfermedad que puede prevenirse.
No se trata de un problema estético sino de un problema médico porque aumenta el riesgo de problemas de salud y de aparición de enfermedades como hipertensión, diabetes o determinados tipos de cáncer.
La mayoría de la población mundial vive en países donde el sobrepeso y la obesidad cobran más vidas. En España la obesidad afecta al 20% de la población.
Se puede identificar si una persona es obesa o tiene sobrepeso a través del Índice de Masa Corporal (IMC), se trata de la relación entre la talla y el peso. Se calcula dividiendo el peso de una persona en kilos por el cuadrado de su talla en metros. Una persona se considera obesa si el IMC es igual o superior a 30.
Grados de obesidad
La obesidad se puede clasificar en tres grados:
- Obesidad grado 1: cuando el IMC es de 34 se le considera obesidad leve. Hay riesgo de aparición de enfermedades como la hipertensión arterial, diabetes, ataque cardíaco o accidente cerebrovascular.
Se caracteriza por un incremento del diámetro de la cintura, ligera sudoración en actividades diarias y ligero malestar de espalda y articulaciones.
- Obesidad grado 2: el IMC está entre 35 y 39.9, conocida como obesidad moderada. Se caracteriza por una mayor acumulación de grasa a nivel del abdomen. Mayor probabilidad de padecer un ataque al corazón o de un derrame cerebral.
Se caracteriza por un mayor aumento del diámetro de la cintura, sudoración excesiva, dolores en la columna y lumbago.
- Obesidad grado 3: con un IMC de 40 a 49.9 es conocida como obesidad mórbida. En caso de superar el IMC de 50 es una obesidad mórbida extrema. La probabilidad de padecer una enfermedad es muy elevada.
Se caracteriza por una sudoración excesiva en las actividades diarias, dificultad para respirar, dolor crónico de espalda, intolerancia al calor, fatiga excesiva, sensación de ahogo o falta de aire, ronquidos excesivos, infecciones cutáneas y aparición de estrías, celulitis y varices. También genera efectos psicológicos como depresión, ansiedad e inseguridad.
Causas más comunes de obesidad
La obesidad ocurre cuando se ingieren más calorías que las que se queman con el ejercicio y las actividades diarias normales. El cuerpo almacena ese exceso de calorías en forma de grasa. Aunque también existen influencias genéticas, conductuales, metabólicas y hormonales.
Cómo tratar la obesidad
El objetivo de los tratamientos para la obesidad es que el paciente consiga un peso saludable y para ello se precisa:
- Cambio en sus hábitos alimentarios: reduciendo las calorías, restringiendo alguno de los alimentos y eligiendo otros más saludables.
- Ejercicio y actividad física: hacer ejercicio de manera regular y mantenerse en movimiento.
- Cambios en el comportamiento: que ayuden a su vez a realizar cambios en los hábitos y estilo de vida con la ayuda de asesoramiento psicológico y grupos de apoyo.
- Cirugía bariátrica: en el caso de que las medidas conservadoras no funcionen de la manera deseada, se realiza una cirugía a nivel de estómago, intestino o de ambos a la vez, pero sabiendo que no se garantiza la pérdida de todo el peso adecuado sin el compromiso del paciente para efectuar un cambio en su vida.
Factores de riesgo de la obesidad
La obesidad no solo es el resultado de comer en exceso, existen una serie de factores de riesgo asociados a la obesidad como:
- Edad: a medida que envejecemos se producen cambios hormonales y un estilo de vida menos activo que contribuyen a la aparición de la obesidad.
- Sexo femenino: asociado al embarazo, menopausia o síndrome de ovario poliquístico.
- Raza: con mayor incidencia en afrodescendientes y personas de origen hispano.
- Alimentación poco saludable: tendencia universal a consumir alimentos ricos en azúcares, sal y grasa. A las comidas rápidas con demasiadas calorías y bebidas con alto contenido calórico.
- Sedentarismo: estilo de vida más sedentario debido a una disminución de la actividad física como consecuencia de la automatización de las actividades laborales, medios de transporte y mayor vida urbana.
- Factores socioculturales: se suele asociar a un menor nivel educacional y menor nivel de ingresos vinculado a una falta de dinero para comprar alimentos saludables.
- Factores conductuales: consumo de alimentos no adecuados, ingesta de alcohol y consumo de tabaco.
- Factores genéticos: la obesidad puede ser hereditaria con genes que influyen en la cantidad de grasa corporal y en su distribución.
- Medicamentos: algunos antidepresivos, esteroides, anticonvulsivos o antipsicóticos pueden producir un aumento de peso.
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