El sistema inmunitario se encarga de las defensas del cuerpo contra las infecciones, atacando a los gerentes invasores, para mantenernos sanos.
Muchas células y órganos colaboran entre sí para proteger al cuerpo, como es el caso de los glóbulos blancos o leucocitos, que desempeñan un papel muy importante en el sistema inmunitario.
Cuando el sistema inmunitario se debilita, bien por algún trastorno, tratamiento o fármaco, las defensas naturales se reducen haciendo que el organismo sea más vulnerable a cualquier tipo de ataque de microorganismos como virus, hongos, parásitos y bacterias, aumentando las probabilidades de caer enfermos y estar más expuestos a infecciones.
Generalmente, las infecciones que pueden aparecer son de índole respiratoria, infecciones de la piel, infecciones urinarias o, como ocurre en el caso de los niños, la bajada de defensas puede producir un retraso en el desarrollo.
Síntomas de unas defensas bajas
El sistema inmunitario puede estar debilitado por diferentes motivos como llevar una mala alimentación, cambios de temperatura, exposición a contaminantes o padecer alguna enfermedad, entre otros. Cuando esto pasa, el cuerpo suele mostrar algunos indicios o señales de alarma a los que debemos prestar mucha atención como:
- Aparición de llagas bucales
- Herpes frecuentes
- Amigdalitis
- Catarro o resfriados
- Gripe
- Fiebre y escalofríos frecuentes
- Náuseas y vómitos
- Dolor de cabeza y mareos
- Excesivo cansancio y agotamiento
- Sequedad de ojos
- Diarrea que dura más de diez días
- Caída del cabello
- Manchas oscuras, blancas o rojas en la piel
- Cicatrización lenta de las heridas
Causas de unas defensas bajas
La bajada de defensas y, por lo tanto, la debilitación del sistema inmune puede ocurrir debido a diversas situaciones:
- Estrés y ansiedad
- Enfermedades crónicas como VIH, lupus, diabetes o cáncer
- Uso de medicamentos inmunosupresores, corticosteroides o antibióticos
- Factores inmunológicos
- Malos hábitos en el estilo de vida como falta de ejercicio físico, consumo de tabaco, alcohol u otras sustancias nocivas
- Alimentación poco saludable
- Malos hábitos de higiene personal
- Durante el embarazo bajan las defensas debido a las alteraciones hormonales por lo que se debe tener precaución para evitar contraer gripe o infecciones urinarias entre otras
Qué hacer para mantener las defensas elevadas
Debemos ser conscientes de que podemos lograr que nuestras defensas tengan una mejor capacidad de reacción frente a las infecciones.
Intentar siempre un estilo de vida saludable, acompañado de una rutina constante de ejercicios y espacios lúdicos para compartir con los seres queridos son una clave fundamental para elevar las defensas de nuestro organismo. Esto se consigue mejorando una serie de hábitos:
- Dormir lo suficiente. Se recomienda dormir de 7 a 8 horas para poder estar bien descansado y recuperar la energía gastada durante el día.
- Reducir el estrés y la ansiedad procurando llevar una vida más tranquila y relajada.
- Practicar alguna actividad que nos guste para ayudarnos a sentirnos mejor y a divertirnos.
- Llevar una buena higiene para mantener alejados a los agentes externos causantes de enfermedades. Realizar un buen lavado de manos varias veces al día o el lavado de los alimentos antes de cocinarlos ayuda a tener unas buenas defensas.
- Mantener una dieta variada y equilibrada. Rica en frutas, verduras, proteínas, baja en azúcar y grasas.
- Mantener una buena hidratación. Evitar la deshidratación ayuda a que el organismo no sufra daño temprano y acelerado.
- Uso de medicamentos o suplementos vitamínicos cuando bajen las defensas, siempre bajo prescripción médica.
- Realizar ejercicio físico, ya que el deporte ayuda a elevar la temperatura del cuerpo evitando los resfriados.