El heloma de Molle o más conocido como ojo de gallo es una afección muy común en la piel de los pies que forma una lesión, tipo callo, sobre un punto óseo. Suele ser muy doloroso y molesto.
Consiste en un engrosamiento de la capa externa de la piel que se produce en respuesta a la fricción, presión o roce del pie. Este engrosamiento se conoce como hiperqueratosis y posee un núcleo central duro. Se podría decir que el ojo de gallo es una protección de nuestro cuerpo para que no aparezcan ampollas en la piel.
Suele aparecer entre los dedos de los pies, sobre todo entre el 4º y 5º dedo, la parte superior del dedo del pie o en la punta del pie, donde el hueso es más prominente y presiona la piel contra el zapato, el suelo u otros huesos.
Causas del ojo de gallo
Entre las causas principales de la aparición de ojo de gallo está el uso de zapatos demasiado estrechos, calzado que no se ajusta bien a la morfología plantar o permanecer demasiado tiempo de pie.
Otra de las causas es una mala alineación de los huesos del pie, que hace que un hueso roce contra otro.
Como respuesta a esto, nuestra piel reacciona formando esta especie de callo con el fin de evitar la aparición de ampollas.
Síntomas del ojo de gallo en el pie
Los principales síntomas del ojo de gallo son:
- Molestias que pueden llegar a provocar un dolor agudo
- Coloración amarillenta
- Forma redondeada con bordes bien definidos alrededor
- Suelen tener un núcleo rojo y redondo por dentro
- Ubicación entre los dedos del pie, sobre todo entre el cuarto y quinto dedo
- Bordes bien definidos
Qué tratamientos existen para los ojos de gallo plantares
Existen tres maneras de curar el ojo de gallo:
- Uso de apósitos especiales: un tratamiento temporal de esta dolencia es el uso de unas tiritas especiales de fácil acceso que permiten aliviar el dolor y crear un efecto almohadilla que reducirá la presión que ejercen los dedos sobre el ojo de gallo. Además, tienen la capacidad de reblandecer este tipo de callo gracias a la acción hidratante de la glicerina con la que están fabricados.
- Exfoliación: cuando el tratamiento anterior no es suficiente debemos acudir a un profesional en podología que realizará un exfoliación del ojo de gallo. Esto consiste en retirar con una hoja de bisturí la acumulación de queratosis. El proceso es indoloro y proporciona un alivio inmediato, pero no es una solución definitiva pues el ojo de gallo tiende a volver a salir y hay que repetir otra vez la exfoliación.
- Cirugía: es el tratamiento definitivo para eliminar este problema. Se trata de una cirugía sencilla y ambulatoria, que requiere anestesia local, para poder eliminar toda la queratosis con una mínima incisión.
Consejos para prevenir el ojo de gallo
Algunos consejos para evitar la aparición del ojo de gallo son:
- Asegurar una buena hidratación de la piel para suavizar las zonas de rozamiento
- Usar un calzado adecuado. Norma ancha y que se adapte bien a la morfología plantar.
- Evitar permanecer mucho tiempo de pie y en su defecto intentar hacer pausas.
- Utilizar apósitos de gel o silicona que evitan el roce interdigital.