El herpes zóster, también conocido como culebrilla, es una erupción cutánea causada por la reactivación del virus varicela-zóster.
Después de contraer la varicela, el virus permanece en el cuerpo y, cuando se reactiva en algunos nervios del cuerpo, se presenta la culebrilla. Puede ocurrir después de años de haber contraído la varicela.
Síntomas del herpes zoster
Los síntomas del virus zoster consisten en dolor, picor y/o ardor intenso en un lado de la piel, generalmente antes de la erupción. Días después, suele aparecer una erupción cutánea con pequeñas ampollas. Las ampollas se secan y forman costras hasta que se caen en unas 2 o 3 semanas.
Otros síntomas posibles son:
- fiebre
- malestar general
- dolor de cabeza y articular
- inflamación de los ganglios linfáticos
- debilidad
Si el virus afecta a un nervio facial, además se puede presentar:
- pérdida del movimiento de los músculos de la cara y del ojo
- caída del párpado
- problemas de visión
- pérdida de audición
- problemas del sentido del gusto
Tratamiento del herpes zoster
El herpes zoster puede no precisar tratamiento, ya que puede resolverse de forma espontánea en una semana. En caso contrario o en personas inmunodeprimidas, el tratamiento consistirá en la administración de fármacos antivirales, vía oral o intravenosa, para reducir el dolor y evitar complicaciones.
Hay que tener en cuenta que los fármacos son más efectivos si se toman en las primeras 72 horas tras la aparición de los primeros síntomas.
También, analgésicos de venta libre como paracetamol o ibuprofeno para aliviar el dolor. Y, pueden prescribirse en ciertos casos, corticosteroides, anticonvulsivos para manejar el dolor nervioso y lociones calmantes para la piel.
¿El herpes zoster requiere reposo?
Si se sufre herpes zoster no es necesario guardar reposo, salvo en pacientes con síntomas severos o con malestar general, para ayudar a que el cuerpo se recupere.
Sin embargo, como el virus puede ser contagioso, es recomendable evitar el contacto con personas que no hayan sufrido la varicela o no estén vacunadas, especialmente bebés, embarazadas y personas con el sistema inmunológico debilitado.