La hipercolesterolemia, presencia de niveles elevados de colesterol en la sangre, constituye uno de los desajuste metabólicos más frecuentes e importantes en España, al tener una prevalencia estimada del 50 % en la población adulta. En comparación con las personas con colesterol normal, aquellas con colesterol alto tienen un mayor riesgo de sufrir infartos de miocardio, ictus y otros problemas cardiovasculares.
Hay 2 tipos principales de colesterol:
- Colesterol LDL: se conoce como “colesterol malo”, ya que es la principal causa de obstrucción de los vasos sanguíneos. Un nivel elevado de colesterol LDL en sangre siempre es una mala señal.
- Colesterol HDL: es el “colesterol bueno”, pues ayuda a eliminar el malo del torrente sanguíneo transportándolo hasta el hígado.
Otro de los parámetros que se mide en las analíticas sanguíneas es el colesterol total, es decir, la suma de LDL y HDL. Se establece un límite normal entre 125 y 200 miligramos por decilitro (mg/dL), pero el valor saludable de LDL aislado casi siempre debe ser menor de 100 mg/dL. Cuando hablamos de colesterol alto en sangre (hipercolesterolemia), en general se debe a un aumento del colesterol malo (LDL).
Causas del colesterol alto
Hay muchos factores que pueden elevar el colesterol malo, como llevar una alimentación inadecuada, fumar, no hacer ejercicio, el consumo excesivo de alcohol, etc. Pero también existen enfermedades, como las detalladas a continuación, que pueden desembocar en una hipercolesterolemia a pesar de mantener un estilo de vida saludable.
- Diabetes: la diabetes ocurre cuando no se produce suficiente insulina o esta no ejecuta su función adecuadamente. Como consecuencia, aumentan los niveles de glucosa en sangre y varios sistemas pueden verse afectados.
- Enfermedad renal crónica: al estar dañados los riñones, no pueden filtrar la sangre como deberían para producir la orina.
- Hipotiroidismo: cuando los niveles de hormonas tiroideas en el organismo son bajos, el colesterol malo no se descompone y se elimina como debería.
- Lupus: el lupus es una enfermedad autoinmune que puede dañar muchas partes del cuerpo.
Diagnóstico y tratamiento
Dado que el colesterol alto no presenta síntomas es conveniente realizar un análisis de sangre general cada año. Esta prueba suele determinar los niveles de colesterol, triglicéridos, glucosa y el estado de las células circulantes. También pueden ser necesarias analíticas algo más detalladas si se presentan factores de riesgo, como hipertensión o diabetes.
El médico de familia solicitará estas analíticas y, con los resultados, se encargará del tratamiento adecuado. Si la situación particular del paciente requiere la intervención de otro especialista, normalmente un endocrino, será el médico de familia quién nos derive a su consulta.
En la mayoría de los casos, el primer paso para tratar el colesterol alto es cambiar nuestros hábitos por unos más saludables, en los que primen la dieta sana, -limitando la ingesta de alimentos grasos y/o procesados, azúcares o ingredientes altos en colesterol, entre otros-; y dejar a un lado el sedentarismo. Cuando estos cambios no son suficientes, el médico nos recetará fármacos (estatinas, inhibidores de la absorción del colesterol, inhibidores de la PCSK9, etc.) que permitirán reducirlo.
Hipercolesterolemia familiar
Este trastorno genético, causado por una variante en el cromosoma 19, se transmite de padres a hijos. Cuando existe hipercolesterolemia familiar, el organismo es incapaz de eliminar la lipoproteína de baja densidad (colesterol LDL o malo) de la sangre, provocando que su nivel sea muy alto y pudiendo causar ataques cardíacos a temprana edad.
En los casos en que la sospecha de HF sea muy elevada, se puede realizar un estudio para identificar la alteración genética causante de la enfermedad.