Las calcificaciones del hombro o tendinitis calcificante del hombro es una afección dolorosa debido a un cúmulo, en forma de depósito, de pirofosfato cálcico intratendinoso. Afecta más a mujeres que a hombres y en edades entre 30 y 60 años. No existe ningún desencadenante conocido y suele aparecer en el hombro dominante, aunque en un porcentaje muy elevado puede aparecer también en el otro hombro.
Principalmente afecta al tendón supraespinoso y los síntomas pueden ser muy variados. Para algunas personas es un proceso asintomático siendo el hallazgo casual, en otros casos puede producir mucho dolor e impotencia funcional del brazo, limitando actividades básicas como vestirse o peinarse e incluso puede llegar a ser causa de incapacidad laboral.
La formación de las calcificaciones pasa por varias fases:
- Fase de formación: en la cual se van formando las calcificaciones en el interior del tendón o en el espacio subacromial. Es una fase que no suele producir dolor.
- Fase reabsortiva: en la que el calcio se libera al interior de la articulación causando mucha irritación y episodios de dolor.
- Fase de reposo: en ella el calcio permanece estable, es decir, ni se forma ni se reabsorbe. El dolor cesa pero es visible en ecografías y radiografías de hombro.
Existen dos tipos de calcificaciones:
- Calcificación degenerativa: por envejecimiento, desgaste y disminución del flujo sanguíneo que lo nutre, haciéndolo más vulnerable a los depósitos de calcio. Se trata de una calcificación que precisa tratamiento.
- Calcificación reactiva: cuando se produce la creación, inflamación y reabsorción de la calcificación. En este caso no precisa tratamiento por ir reabsorbiéndose progresivamente.
¿Por qué se producen las calcificaciones en el hombro?
Hoy en día se desconocen realmente las causas por las que se depositan cristales de calcio en el hombro, pero hay una teoría que apunta a un sobreuso del músculo, sobre todo en aquellas profesiones que mueven el brazo por encima de la cabeza. También se puede deber al envejecimiento del tendón, problemas de vascularización del tendón donde el aporte de oxígeno y nutrientes es escaso y a procesos post traumáticos o que la causa sea multifactorial.
Generalmente, los depósitos de calcio se localizan en el espesor del tendón y la bursa subacromial por encima del tendón.
El tendón más frecuentemente afectado es el del músculo supraespinoso, representando casi el 80% de los casos, en menor grado el infraespinoso y más raro el tendón subescapular.
Afecta a gente sana sin antecedentes de enfermedades ni de calcificaciones en otras partes del cuerpo, salvo en ambos hombros, por lo que se trata de un proceso local y no de una enfermedad.
Tratamiento para las calcificaciones en el hombro
En un principio, el tratamiento es siempre conservador, es decir, se resuelve con la toma de medicamentos para que disminuya el dolor y la inflamación del tendón. También se recomienda un tratamiento rehabilitador que, además de tratar de reducir el dolor, permita aumentar la movilidad del hombro y esto se consigue con un programa específico de ejercicios, el uso de electroestimuladores tipo TENS y con la aplicación de radiofrecuencia a través de la cual se rompe el recubrimiento de calcio por medio de presión percutánea parecida a la utilizada en la litotricia.
Cuando estos diferentes tratamientos no son eficaces, se puede recurrir a las infiltraciones de corticoesteroides, que se pautarán un máximo de tres inyecciones con un mes de intervalo entre ellas.
Cuando ninguno de los tratamientos anteriores ha resuelto el dolor y la funcionalidad del brazo se recurre a la intervención quirúrgica, mediante laparoscopia, en la que se eliminan todos los depósitos de calcio. Después de la operación puede ser necesario realizar un programa de rehabilitación para recuperar completamente la movilidad del hombro y, por lo tanto, del brazo.