Melanoma es el nombre genérico de los tumores melánicos o pigmentados. El aumento de este tipo de tumores se observa en los países desarrollados desde los años 50 y está relacionado con la exposición al sol por motivos estéticos y de ocio. Casi el 81% de los casos de melanoma se localiza en los países desarrollados.
El melanoma es un tipo de cáncer de piel que se origina cuando los melanocitos, que son las células que dan color a la piel, comienzan a crecer sin control, propagándose por otras partes del cuerpo sino se descubren ni se tratan a tiempo. También es conocido como melanoma maligno o melanoma cutáneo.
La mayoría de los melanomas tienen un área negra o azulada y aparecen como un nuevo lunar feo, negro y de aspecto desagradable.
El melanoma no solo se localiza en la piel como tronco y extremidades, sino que aparece en otras superficies del cuerpo como mucosa de la boca, recto, vagina o en la capa coroides del interior del ojo. Actualmente se diagnostican más de 160.000 casos en todo el mundo. En España hay una incidencia elevada y se diagnostican cerca de unos 5500 casos anuales, la mayoría en personas entre 40 y 70 años, aunque puede aparecer a cualquier edad.
¿Cómo comienza un melanoma?
El cáncer de piel o melanoma puede ser causado por la mutación en el ADN que mantienen activados a los oncogenes (genes que ayudan a las células a crecer, dividirse y mantenerse vivas) o por el contrario, que se desactiven los genes supresores de los tumores (mantienen el control del crecimiento celular reparando los errores en el ADN o provocando que las células mueran en el momento oportuno). Es necesario que ocurran cambios en varios genes diferentes para que la célula se vuelva cancerosa.
Se distinguen dos tipos de mutaciones:
- Mutaciones genéticas adquiridas, se van adquiriendo a lo largo de la vida de una persona y no son hereditarias. En ocasiones esta mutación puede aparecer de manera aleatoria dentro de la célula sin una causa clara que lo justifique como ocurre en la mayoría de los casos. Pero la más probable es que se deba a la exposición a los rayos ultravioletas (UV) procedentes de la luz solar o de fuentes artificiales como las camas bronceadoras.
El daño en el ADN ocurre años antes de la aparición del cáncer, es decir que, un exceso de exposición al sol durante la infancia o juventud no dará lugar a un cáncer de piel hasta pasados varios años e incluso décadas más tarde.
- Mutaciones genéticas hereditarias: es menos frecuente que las personas hereden cambios genéticos de uno de los padres lo que aumenta el riesgo de melanoma, en especial en alguna parte del cuerpo poco expuesta a la luz solar.
¿Cuál es la regla del ABCDE?
El diagnóstico temprano del melanoma es clave para asegurar que sea favorable.
La supervivencia de los casos de melanoma no invasivo se sitúa entre el 90 y 95%, mientras que en los casos infiltrantes la tasa de mortalidad es muy elevada y solo un 20% de los casos en los que se ha diseminado a otros órganos logra sobrevivir.
A través de una exploración física de la piel de manera periódica por un dermatólogo puede identificar lesiones premalignas y, para ello, se utiliza la regla del ABCDE conocida internacionalmente que ayuda a recordar las características más importantes del melanoma.
- Asimetría: crecimiento asimétrico de la lesión una parte es diferente a la otra.
- Borde: mal definido, festoneado, bordes irregulares.
- Color: diferentes colores en la misma lesión, negro, marrón, azul, blanquecino o rojo.
- Diámetro: mayor de 6 mm.
- Evolución: lunar o lesión diferente al resto cambiando de forma, tamaño o color.
¿Cómo se cura el cáncer de piel melanoma?
El tratamiento del melanoma depende del estadío en el que se encuentre y del estado general de la persona.
- Tratamiento en la fase inicial: en esta etapa la cirugía es el tratamiento indicado. Cuando la lesión es pequeña y delgada se extirpa por completo durante la biopsia sin necesidad de tratamiento adicional. En otras ocasiones la cirugía incluye la lesión y los bordes de piel normal y una capa de tejido bajo la piel. En la mayoría de los casos tampoco requieren ningún otro tratamiento.
- Melanomas diseminados más allá de la piel:
- Cirugía para extirpar los ganglios linfáticos que han sido afectados por el melanoma.
- Inmunoterapia: a través de fármacos que ayudan al sistema inmune a atacar a las células cancerosas. Generalmente se utiliza después de la cirugía para tratar aquellas zonas donde han podido emigrar las células cancerosas o cuando no se ha podido extirpar toda la lesión de la piel, en cuyo caso se inyecta el fármaco directamente en ella.
- Radioterapia: se utilizan rayos de energía de alta potencia para matar las células cancerígenas.
- Quimioterapia: son medicamentos que se inyectan con el fin de matar las células cancerosas.
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