Cuando comemos, los alimentos pasan de la boca al esófago, que es un tubo que desemboca en el estómago a través de un esfínter u orificio muscular llamado esfínter esofágico inferior. Este se encuentra situado al final del esófago y se cierra de manera correcta evitando que el contenido del estómago regrese al esófago de nuevo. Pero, cuando este esfínter falla porque no se cierra de una manera adecuada, se abre demasiadas veces o tiene un tono disminuido, entonces se produce la enfermedad de reflujo gastroesofágico, haciendo que los jugos gástricos vuelvan de nuevo al esófago produciendo reflujo y una irritación en el revestimiento del esófago que se caracteriza con una sensación de quemazón que asciende hacia la garganta.
Cuando una persona sufre de reflujo esofagogástrica siente:
- Acidez estomacal con sensación de ardor en el pecho que aparece después de comer y empeora por la noche
- Dolor en el pecho
- Dificultad al tragar y sensación de nudo en la garganta
- Regurgitación de alimentos o líquidos de sabor agrio
- Trastornos del sueño
- Tos crónica, sobre todo por la noche
- Problemas de asma o empeoramiento de ésta
¿Cómo prevenir el reflujo?
Entre las causas más frecuentes del reflujo gástrico están la comida y los malos hábitos después de comer.
Para prevenir el reflujo se deben seguir una serie de consejos como:
- Reducir el estrés e intentar estar relajado antes y durante la comida.
- Evitar comer rápido, ya que no le da tiempo al esfínter esofágico a cerrarse de manera correcta llegando a colapsar y dejando que salga el ácido gástrico y alimentos contenidos en el estómago. Por lo tanto, se debe comer despacio y tranquilo.
- Controlar el sobrepeso por favorecer el riesgo de reflujo.
- Evitar usar prendas ajustadas porque comprime el estómago y favorece el retorno de los alimentos y ácidos del estómago.
- No realizar comidas abundantes porque no son bien asimiladas por el estómago.
- Reducir el consumo de alcohol y tabaco por ser irritantes para el estómago.
- No realizar ningún tipo de ejercicio físico inmediatamente después de comer por afectar a la digestión y favorecer su aparición.
- No acostarse nada más comer. Se debe esperar al menos 2 horas para asegurar una buena digestión y así evitar el reflujo.
- Elevar las patas del cabecero de la cama unos 10 cm.
- Evitar comidas y bebidas que disminuyen el tono del esfínter y favorecen el reflujo como los alimentos ricos en grasa, muy condimentados o picantes, bebidas gaseosas y carbonatadas, exceso de dulces, verduras y hortalizas ácidas como el tomate y frutas o zumos ácidos.
¿Qué es bueno para quitar el reflujo?
Además de los consejos anteriormente descritos, se recomienda un cambio en el estilo de vida para intentar llevar una vida más saludable.
El uso de medicamentos siempre recetados y supervisados por el médico como:
- Antiácidos como primera opción de tratamiento.
- Bloqueadores H2 que disminuyen la producción de ácido proporcionando alivio a corto plazo.
- Inhibidores de la bomba de protones reduciendo la cantidad de ácido que produce el estómago. También ayudan a recuperar el revestimiento esofágico.
- Procinéticos como ayuda a que el estómago se vacíe más rápido.
Otro tipo de tratamiento para los casos más graves de reflujo es la cirugía que se realiza sobre el esfínter esofágico para proporcionar más tensión y tono.
¿Qué puedo comer si tengo reflujo gastroesofágico?
Cuando se padece reflujo gástrico es importante, sobre todo, llevar una alimentación sana. Para ello se recomienda consumir:
- Pescados blancos y carnes magras como pollo y pavo por tener menos contenido graso. Además es recomendable cocinarlas al horno, al vapor o a la plancha.
- Vegetales pero evitando los tomates y pimientos por su elevada acidez. Se debe evitar el sofrito.
- Frutas, sobre todo manzana, pera, melón, sandía o albaricoque y evitar las frutas ácidas como kiwi, fresas o naranjas, entre otros.
- Leche y lácteos, sobre todo los desnatados y light.
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