Las articulaciones forman parte del sistema musculoesquelético que está constituido por los huesos, músculos, ligamentos, tendones y tejidos blandos. Esto permite dar forma al cuerpo y otorgar estabilidad, además de permitirle moverse.
Una luxación es la separación completa de los huesos que forman una articulación pudiendo afectar a diversas estructuras anatómicas como ligamentos, vasos sanguíneos y nervios. La mayoría de las veces es necesario reducirla, es decir, el médico coloca de nuevo el hueso en su sitio, otras veces se puede reducir por sí sola.
¿Sabes qué tipos de luxaciones se pueden dar? Una luxación se puede producir a causa de un mecanismo traumático de forma directa o indirecta o también por contracciones musculares violentas.
Otras causas pueden ser congénitas de las superficies de la articulación y patológicas debido a la destrucción de ellas, como es el caso de la artritis aguda.
Síntomas de las luxaciones
Los síntomas más comunes de una luxación son:
- Dolor e inflamación del área lesionada
- Malformación del área luxada
- Hematomas o enrojecimiento del área lesionada
- Entumecimiento o debilidad del área lesionada
- Dificultad para usar o mover el área lesionada de forma normal
- Posibles daños en los ligamentos
Tipos de luxaciones
Los tipos de luxaciones más frecuentes son en hombro, rodilla, cadera, tobillo y codo.
Existen varios tipos de luxación:
- Agudas: las producidas por un traumatismo más o menos fuerte. No existen antecedentes de otras luxaciones ni tienen complicaciones.
- Crónica: cuando una lesión previa ha dejado una cicatriz en las partes blandas dentro de la articulación, lo que permite la salida del hueso fuera de ella y su dificultad para volver a la posición original.
- Recidivantes: ocurre en una articulación que ya se ha luxado antes. Muy común en deportistas.
- Habituales: son las que sufren personas con un patología articular de base, enfermedades que afectan a los ligamentos, cápsula articular u otras estructuras. Los tejidos son débiles y las luxaciones más frecuentes.
Tratamiento de las luxaciones
El tratamiento de la luxación depende del sitio y la gravedad de la lesión y comprende:
- Reducción: por medio de maniobras suaves se ayuda al hueso a volver a su posición.
- Inmovilización: una vez colocado el hueso en su sitio suele ser necesario la inmovilización con una férula.
- Cirugía: cuando la colocación del hueso no es posible o si hay daño en los vasos sanguíneos, nervios o ligamentos cercanos se lleva a cabo una cirugía. También puede ser necesaria si existen luxaciones frecuentes.
- Rehabilitación: para recuperar de manera gradual el movimiento y la fuerza articular después de una inmovilización.
Diferencia entre esguince, luxaciones y fracturas
El esguince es el estiramiento o desgarro de los ligamentos que se encuentran alrededor de una articulación. Cuando estos ligamentos se estiran demasiado pueden llegar a romperse.
La luxación, como ya hemos comentado, es la salida del hueso de su articulación o coyuntura.
Y, una fractura, es la rotura de un hueso. Si el hueso roto rompe la piel se dice que es una fractura abierta.
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