El hígado es el segundo órgano más grande del cuerpo y tiene la función de ayudar a digerir los alimentos, almacenar energía y eliminar toxinas. El hígado graso es una afección en la que se acumula grasa en las células hepáticas.
Afecta a un 25-30 % de la población, pudiendo aumentar hasta un 60 % en aquellas poblaciones de riesgo como las que padecen obesidad y/o diabetes.
En la mayoría de los casos, la enfermedad del hígado graso no causa ningún problema ni impide que el hígado funcione correctamente, pero sí puede haber, con el tiempo, un empeoramiento y que la enfermedad se agrave.
La enfermedad pasa por cuatro etapas:
- Hígado graso simple: exceso de grasa acumulada en el hígado.
- Esteatohepatitis: el hígado se inflama.
- Fibrosis: la parte dañada forma un tejido cicatricial.
- Cirrosis hepática: el tejido cicatricial reemplaza al sano, la función del hígado se ralentiza y en ocasiones provoca insuficiencia hepática y cáncer de hígado.
Cuando la enfermedad del hígado graso se desarrolla en una persona que bebe mucho alcohol se conoce como enfermedad del hígado graso alcohólico, mientras que si no se consume alcohol se denomina enfermedad del hígado graso no alcohólico.
Síntomas del hígado graso
Se trata de una enfermedad silenciosa debido a que la persona puede no experimentar ningún síntoma incluso a medida que avanza la enfermedad.
Cuando el hígado se agranda puede causar dolor o malestar en la parte superior derecha del abdomen.
Los primeros síntomas en aparecer pueden ser:
- Pérdida de apetito
- Náuseas, vómitos y malestar
- Pérdida de peso
- Cansancio
- Sensación de estar enfermo
Cuando la enfermedad está más avanzada cursa con:
- Hinchazón abdominal (ascitis)
- Vasos sanguíneos dilatados bajo la piel
- Agrandamiento del bazo
- Palmas de las manos rojas
- Ictericia (color amarillento) de piel y ojos
Tratamiento del hígado graso
No hay un tratamiento específico que elimine la grasa del hígado. Lo que sí es eficaz es cambiar las condiciones de vida o tratar las enfermedades que han llevado a esta situación.
Lo recomendable es:
- Pérdida de peso. Es importante alcanzar el peso ideal.
- Cambios de hábitos de vida. Hacer una dieta evitando los alimentos con alto contenido en grasa, alimentos procesados, bebidas azucaradas y, sobre todo, el alcohol. Se recomiendan dietas ricas en proteínas y carbohidratos, hacer ejercicio físico y evitar el sedentarismo.
- Control de las enfermedades como la diabetes, la hipertensión arterial, bajar los niveles de colesterol y triglicéridos.
- Toma de medicamentos específicos bajo vigilancia y control médico.
- Trasplante hepático en los casos avanzados de cirrosis en los que el hígado deja de funcionar correctamente y aparecen descompensaciones hepáticas.
¿Es grave el hígado graso?
Cuando la afectación del hígado graso es leve, el pronóstico es bueno y el daño puede ser reversible. Pero cuando la inflamación del hígado persiste en el tiempo de manera crónica se llega a la fase final, es decir, a la cirrosis hepática. A medida que la cirrosis empeora es más difícil que el hígado cumpla su función y que el daño hepático se pueda revertir, por lo que termina siendo una causa de mortalidad.
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