Las caries interproximales son aquellas que se desarrollan en los espacios entre los dientes. Aunque no suelen causar molestias, pueden volverse peligrosas si no son tratadas a tiempo. Dada su ubicación, su limpieza y detección temprana son más difíciles, permitiendo que avances más rápidamente hacia las capas internas del diente. Si no se tratan puede ocasionar:
- Sensibilidad, especialmente al frío, calor o alimentos dulces.
- Dolor al morder o masticar.
- Infecciones dentales.
- Manchas oscuras entre los dientes.
- Mal aliento persistente.
- Deterioro estructural del diente y pérdida dental.
Para evitar complicaciones es esencial realizar un tratamiento temprano.
Tratamiento de la caries interproximal
Dependiendo del grado de avance de la caries, el tratamiento varía:
- Caries incipiente: cuando es producida en el esmalte. El tratamiento consiste en el uso de fluoruro para remineralizar la zona y mejorar la higiene oral.
- Caries moderada: cuando es producida en la dentina. Se realiza un empaste para eliminar el tejido cariado y se rellena con resinas.
- Caries avanzada: cuando afecta a la pulpa. Se realiza endodoncia para extraer el tejido infectado y se desinfecta. También se restaura la estructura del diente mediante coronas dentales.
- Cuando la infección es mayor y el diente es irrecuperable, se procede a su extracción, seguida de un puente o implante.
¿Cómo saber si un diagnóstico de caries interproximal es bueno o malo?
El diagnóstico se evalúa según la gravedad de la caries. Esto será bueno si se detecta en una etapa temprana y con un tratamiento no invasivo como un empaste es suficiente.
Por el contrario, si la caries ha alcanzado la dentina o la pulpa, requiere tratamientos más complejos y podríamos decir que el diagnóstico es malo.
Mediante una radiografía se puede determinar el alcance de la caries para elegir el tratamiento más adecuado en cada caso.
Causas de las caries interproximales
Las causas más comunes de las caries interproximales incluyen:
- Mala higiene bucal y falta de uso de hilo dental, con acumulación de placa y alimentos entre los dientes.
- Dieta alta en azúcares y carbohidratos.
- Saliva insuficiente y sequedad bucal.
- Mala alineación dental que dificulta su limpieza.
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