La cavitación es un tratamiento estético no invasivo que se utiliza principalmente para la reducción de grasa localizada y el moldeado corporal.
Esta innovadora técnica emplea ondas ultrasónicas de baja frecuencia de vibración para destruir las células grasas. La aplicación de ultrasonidos producen microburbujas dentro del tejido adiposo e implosionan, causando la ruptura de membranas de las células grasas que se transforman en líquido que después se elimina a través del sistema linfático y urinario.
Beneficios de la cavitación
La cavitación es un tratamiento eficaz que ofrece numerosos beneficios:
- Reduce la grasa localizada difícil de tratar en áreas tales como abdomen, muslos, brazos, glúteos, etc.
- Permite contornear y disminuir el volumen en áreas específicas del cuerpo.
- Favorece la expulsión de toxinas y líquidos a través de la orina.
- Combate la celulitis, al reducir los depósitos de grasa que causan irregularidades.
- Mejora la circulación y favorece una piel más tersa, al estimular el flujo sanguíneo y linfático.
- Tonifica los tejidos de la piel.
Además, no requiere cirugía ni anestesia ni tiempo de recuperación y es indoloro.
¿Para qué sirve la cavitación?
La cavitación sirve para eliminar depósitos de grasa localizada y favorecer la reducción de volumen corporal, utilizando aparatos de ultrasonidos. Está indicada para personas que quieren mejorar el aspecto de su piel porque tengan celulitis o grasa y aquellas que deseen reducir su contorno corporal o mejorar su circulación sanguínea.
Una sesión de cavitación suele durar alrededor de 30 o 45 minutos, siendo necesarias al menos entre 6 y 12 sesiones, en función de las necesidades del paciente.
Tipos de cavitación
Existen distintos tipos de cavitación, en función de la instrumental y aparatología usada:
- Cavitación estable: es el tratamiento más sencillo y más utilizado. Utiliza ultrasonidos de baja frecuencia para disolver las células adiposas.
- Doble cavitación: utiliza dos ondas de distintas frecuencias combinadas para aumentar la temperatura de las burbujas y provocar su implosión, con el fin de que el tejido adiposo se convierta en líquido y poder eliminarlo.
- Ultracavitación: utiliza ultrasonidos al igual que la cavitación estable pero con un rango de frecuencia mayor.
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