La rodilla está formada por 2 huesos: la tibia y el fémur, que se unen entre sí mediante 2 ligamentos cruzados y 2 laterales. Estos ligamentos son los más importantes de la rodilla y su función consiste en sostener la unión de los huesos y mantener la rodilla estable. Esto significa que actúa como freno principal al desplazamiento hacia delante de la tibia e impide que rote, limita la angulación interna y externa de la rodilla y controla la hipertensión cuando estiramos completamente la rodilla.
Los ligamentos cruzados, anterior y posterior, se cruzan formando una X en el interior de la rodilla, situándose el ligamento anterior por delante, siendo este el que con mayor frecuencia se lesiona de los cuatro y el que tiene mayor incidencia en los deportistas.
La rotura del ligamento cruzado anterior se produce cuando se está realizando una actividad y puede ser causado por:
- Cambio brusco de dirección con la pierna y el pie fijos en el suelo. Se fuerza la rotación y torsión provocando una tracción excesiva que el ligamento no puede resistir y termina por romper. Es una lesión típica de futbolistas, tenistas y jugadores de baloncesto, entre otros.
- Traumatismo directo en la parte lateral de la rodilla mientras el pie sigue apoyado en el suelo.
- Extensión excesiva de la articulación de la rodilla.
¿En qué consiste la operación del ligamento?
La intervención quirúrgica del ligamento anterior roto consiste en la sustitución del ligamento lesionado por un injerto de tejido del propio paciente, generalmente del tendón rotuliano.
La cirugía se realiza normalmente a través de una artroscopia. Una vez aplicada la anestesia al paciente, se realizan unas pequeñas incisiones alrededor de la rodilla por donde se introduce el instrumental necesario para la intervención. Esta consiste en:
- Se retira el ligamento lesionado.
- Se prepara el injerto con el tendón rotuliano del propio paciente o también puede ser de un donante.
- Se taladran unos túneles en los huesos tibia y fémur por donde pasará el nuevo tejido que se colocará en el mismo sitio y dirección que el anterior ligamento cruzado anterior.
- Se fija el injerto al hueso con tornillos u otros dispositivos.
- Se cierra la incisión con una sutura y se tapa con un apósito.
- Con el tiempo, los túneles se irán cubriendo de tejido dando mayor sujeción al nuevo ligamento.
¿Cuáles son los cuidados después de la operación?
Después de la operación será necesario seguir una serie de recomendaciones como, por ejemplo:
- Hacer reposo relativo durante los primeros días de la operación, haciendo solo algunos ejercicios para mantener la musculatura y la circulación sanguínea con el fin de evitar coágulos.
- Mantener la pierna sobre una superficie blanda pero nunca bajo la rodilla debido a que debe mantenerse recta.
- Evitar mojar el vendaje por riesgo de infección.
- Colocar frío en la zona si es necesario, pero nunca calor.
¿Cómo es la rehabilitación del ligamento cruzado anterior?
La rehabilitación del ligamento cruzado anterior se puede dividir en varias fases:
Fase 1: durante las dos primeras semanas se controlará la inflamación y el edema.
- Mover el tobillo como cuando pisamos y soltamos el acelerador de un coche
- Estirar y doblar la rodilla suave
- Caminar apoyando parcialmente el peso sobre la rodilla operada
Fase 2: comienza a los 15 días una vez retirados los puntos de sutura o grapas y tiene como objetivo ganar movilidad y recuperar fuerza.
- Extensión de la rodilla en sedestación, los dedos miran hacia el techo y se aprieta la rodilla hacia abajo
- Elevación de la pierna en extensión
- Ejercicios en la bicicleta estática
Fase 3: comienza a partir de los 3 meses para ganar fuerza y propiocepción.
- Realizar carreras suaves y cortas
- Caminar sin forzar
- Realizar estiramientos
El paciente debe ser consciente de que el límite es el dolor y cuando este aparece hay que parar los ejercicios o el movimiento y no forzar.
¿En qué consiste la rotura parcial del ligamento cruzado anterior?
En la rotura parcial del ligamento el tratamiento a seguir dependerá del diagnóstico definitivo y se valorará si precisa intervención quirúrgica o, por el contrario, tratamiento rehabilitador. También se valora la actividad del paciente o si practica algún deporte.
En el caso de ser intervenido se sustituye solo la parte rota del ligamento manteniendo el resto. Se trata de cirugías menos invasivas y con un periodo de recuperación más corto.