El quiropráctico es la persona encargada de ejercer la profesión de quiropráctica que consiste en diagnosticar, tratar y prevenir alteraciones del sistema musculoesquelético y aquellos desórdenes que pueden provocar en la salud y en la función del sistema nervioso.
Destaca la relación del sistema nervioso con los demás sistemas respecto al equilibrio general del cuerpo.
Es una técnica muy reclamada para las personas que sufren dolor de cabeza, cuello y espalda.
La columna vertebral es el eje central del sistema locomotor y los 26 segmentos que la componen tienen cierta plasticidad y flexibilidad que puede verse alterada afectando su capacidad funcional. Cuando esto ocurre se habla de subluxación vertebral y es el motivo por el cual se acude a un quiropráctico.
El quiropráctico usa las manos o instrumentos pequeños para aplicar una fuerza rápida y controlada sobre la articulación de una parte de la columna y su objetivo es mejorar el movimiento de la columna y mejorar la función física del cuerpo.
También puede aplicar otros tratamientos como:
- Aplicar frío o calor
- Estimulación eléctrica
- Técnicas de relajación
- Ejercicios generales y de rehabilitación
- Asesoría nutricional para perder peso y mejorar el estilo de vida
- Suplementos dietéticos
¿Cuándo hay que ir a un quiropráctico?
El principal motivo para acudir a un quiropráctico es por la necesidad de realinear la columna vertebral con el sistema nervioso y terminar con el malestar general o dolores relacionados con la espalda, cuello y cabeza.
- Malestar general: ayuda en determinados dolores y, en especial, en aquellas personas con enfermedades crónicas o por estrés.
- Dolor de cabeza: dada la relación de la columna vertebral con el sistema nervioso no es de extrañar que la cefalea o dolor de cabeza tenga su origen en la columna.
- Dolor de espalda: uno de los motivos más comunes en la consulta de un quiropráctico, donde actuará sobre las zonas más sensibles para aliviar los dolores y realinear de la columna.
- Dolor de piernas: su origen puede localizarse en la parte en la zona baja de la espalda y en concreto en el nervio ciático que, si no se trata, puede extenderse la molestia a todo el cuerpo.
- Preventivo: para evitar que el mal degenere y requiera la necesidad del uso de fármacos o de otro tipo de tratamientos.
¿Qué se debe hacer después de ir al quiropráctico?
Las sensaciones que se perciben después de una sesión de quiropráctica varía de unas personas a otras pero, sobre todo, hay que seguir una serie de recomendaciones:
- Se recomienda no realizar esfuerzos innecesarios, tan solo puede estar acertado hacer ejercicios de estiramiento que nos mantenga las vértebras en su sitio. Se puede notar más energía pero teniendo cuidado de no realizar esfuerzos ni actividades innecesarias que nos perjudican.
- Se puede notar somnolencia y cansancio muscular como agujetas, por lo que se recomienda descansar el resto del día e ir a dormir antes de lo habitual.
- Notar que los síntomas que nos hicieron acudir al quiropráctico se hayan agudizado como puede ser el mareo o dolor de cabeza. Esto se debe a la liberación de los nervios, que estaban oprimidos entre las vértebras y que recuperan su sensibilidad percibiendo ese cambio con sensación de molestia o dolor.
- Se recomienda beber agua, al menos 1.5 litros, para favorecer la eliminación de las toxinas liberadas al recolocar las vértebras y músculos.
Todas estas molestias desaparecen pasadas unas horas de la sesión, notando una mejoría general. En ocasiones, las sesiones de tratamiento deben repetirse para una total recuperación de la funcionalidad de la espalda.